Está claro que la enfermería del siglo
XXI tiene grandes retos, el progreso científico, tecnológico, las
especializaciones, etc., están influyendo en el desarrollo de la enfermería y
en el concepto de cuidados.
No podemos ni debemos perder
ese tren pero tampoco debemos permitir que nos aparten de nuestro objetivo
final “CUIDAR”.
El progreso científico y
tecnológico no puede menoscabar el profundo sentido y espíritu “HUMANITARIO”
del cuidado de enfermería que se brinda a la persona y la sociedad.
Corremos el riesgo de que tan
alta tecnificación nos impida ver mas allá de nuestras pantallas de ordenador,
de pasarnos el día pendientes de parámetros, monitorizaciones y todo el
conjunto de datos y herramientas, que son mas que eso “ HERRAMIENTAS” y nos
haga perder nociones tanto básicas como humanas. Hoy sabemos más de nuestros
pacientes, y eso no es malo, conocemos su ECG, tenemos gráficas en pantalla, etc.,
etc., pero muchas veces no sabemos su nombre, no somos capaces de detectar su
nivel de ansiedad, de dolor, preocupación, sufrimiento y tristeza. Miramos,
pero no vemos.....
Para decirlo bonito, ser
enfermera es:
Envolver cada sufrimiento,
dolor, tristeza en un brillante celofán de delicadeza, sensibilidad, abnegación
y paciencia.
Para mi estudiar enfermería es “UN GRAN PRIVILEGIO”